Cables eléctricos
Si los armarios de distribución y control son claves para cualquier instalación eléctrica, igualmente lo son los cables. Estos son los que conectan toda la instalación, y una errónea elección del cableado eléctrico puede estropear toda la instalación.
De esta manera, hay que escoger el cableado adecuado para cada tipo de instalación. Así, no es el mismo cable el que se usará para una instalación doméstica (vivienda) que el que se usará para una nave industrial que empleará maquinaria de alta potencia, el que se requerirá para el alumbrado público de una plaza o el que se empleará en una instalación expuesta a altas temperaturas o a humedad.
Los cables suelen dividirse en cuatro partes: conductor eléctrico (hilos de cobre o aluminio del interior que transmiten la electricidad), aislamiento (que cubre al conductor eléctrico), relleno (que ayuda a dar forma al cable) y el aislamiento exterior o cubierta (que ejerce de aislante protegiendo al cable de elementos externos).
En función a cómo sean esas partes que componen el cable, podemos hablar de cables capaces de soportar diferentes tensiones (desde 50V hasta superar los 70 kV), con aislamiento de diferentes materiales (polietileno, plástico, mineral aislado…) para soportar más o menos temperatura y humedad, o con diferentes tipos de conductores, que ofrecen mayor o menor versatilidad.
Canalización eléctrica
Las instalaciones eléctricas requieren de una adecuada canalización. Ésta no deja de ser la tubería por la que se va a distribuir el cableado. Va a permitirnos tener ordenada la instalación eléctrica. Sin embargo, cumplen también otra función principal, la de proteger a los conductores de posibles deterioros mecánicos y cualquier daño ocasionado por agentes externos, como cambios de temperatura o la humedad. Es decir, la canalización será la encargada de mantener aislada y protegida nuestra instalación eléctrica.
En el mercado podemos encontrar una gran variedad de canalizaciones, como tubos corrugados, tubos de conducción o canales, pudiendo ir en interior o en superficie en exteriores.
Principalmente, se puede hacer la siguiente diferenciación:
- Canalizaciones no metálicas: generalmente aportan más ligereza, flexibilidad y resistencia a la corrosión, lo que las hace perfectas para zonas con un ambiente húmedo.
- Canalizaciones de PVC
- Canalizaciones de polietileno
- Canalizaciones con tubos flexibles de plásticos
- Canalizaciones metálicas: ofrecen una mayor seguridad y resistencia ante daños metálicos, además de ser más duraderas en el tiempo. Suelen contar con un mayor componente de hermetismo y su corrosión suele frenarse con una galvanización del material. Es más frecuente ver estas canalizaciones metálicas en instalaciones en exteriores y en instalaciones eléctricas industriales.
- Canalizaciones de EMT
- Canalizaciones de IMC
- Canalizaciones con tubos flexibles metálicos